Arquitectura Vernácula: El Primer Principio de la Arquitectura Sostenible
Siempre he sido defensora de que no se puede comenzar un proyecto sin analizar primero el contexto en el que se va a realizar la obra. Es aquí donde la arquitectura vernácula nos proporciona una gran cantidad de pistas sobre cómo debería abordarse ese nuevo edificio o vivienda.
La arquitectura vernácula, nos brinda una valiosa información técnica sobre sistemas constructivos, materiales, aberturas de ventanas, separación del suelo, orientación, entre otros aspectos. Así que, si me preguntas cómo debería ser la arquitectura sostenible, te respondería que su primer principio es la arquitectura vernácula. En este artículo, intentaré profundizar más en este tema.
¿Qué es la arquitectura vernácula?
La arquitectura vernácula también se conoce como arquitectura tradicional, primitiva rural, espontánea, informal, autoconstruida y efímera.
Se entiende la arquitectura vernácula como una arquitectura patrimonial, con un carácter vivo y dinámico. No se construye a través de planos terminados, sino que evoluciona de acuerdo a las necesidades de sus ocupantes.
Es la arquitectura de nuestros antepasados, quienes construían utilizando técnicas que aprovechaban los materiales locales y se adaptaban a las condiciones climáticas del lugar. Esto respondía a las necesidades del habitar.
La arquitectura vernácula representa el primer principio de una arquitectura sostenible: considerar y adaptarse al contexto que nos rodea. ¿Te suena el enfoque holístico? Pues la arquitectura vernácula ya contemplaba un enfoque integral que considera cuatro dimensiones clave: culturales, tecnológicas, ambientales y económicas. Estos aspectos se entrelazan para formar un modelo de habitabilidad que es tanto funcional como sostenible para sus habitantes.
1. Aspectos Culturales:
Límites y Morfología: La arquitectura vernácula define claramente los límites y la morfología de los espacios, estableciendo una relación armoniosa entre el interior y el exterior.
Relación Interior-Exterior: Los diseños consideran cómo los espacios internos se conectan y comunican con el entorno exterior, respetando las tradiciones y hábitos culturales.
2. Aspectos Tecnológicos:
Materiales Locales: Se utilizan materiales disponibles localmente, lo que no solo reduce el impacto ambiental sino que también promueve la sostenibilidad económica y cultural.
Herramientas y Herencia Constructiva: La herencia constructiva y las herramientas empleadas son transmitidas de generación en generación, asegurando la preservación de técnicas ancestrales que han demostrado ser efectivas y sostenibles. (En breve subiré un video a mi canal sobre una casa en Vietnam construida por una comunidad indígena)
3. Aspectos Ambientales:
Ecosistema Natural-Cultural: La arquitectura vernácula se integra de manera armónica con el ecosistema natural y cultural, promoviendo prácticas que respetan y protegen el medio ambiente.
Adaptación Climática: Las estructuras están diseñadas para adaptarse a las condiciones climáticas locales, lo que minimiza la necesidad de sistemas mecánicos de climatización y reduce el consumo de energía.
4. Aspectos Económicos:
Agrícola y Artesanal: La economía local, a menudo basada en prácticas agrícolas y artesanales, influye en la arquitectura vernácula, que utiliza materiales y técnicas que reflejan estas actividades.
Procesamiento e Intercambio: Los procesos de construcción y el intercambio de materiales y conocimientos fortalecen la economía local y la cohesión comunitaria.
Así que si aún dudas sobre la importancia de la arquitectura vernácula sigue leyendo.
Evolución del Estudio de la Arquitectura Vernácula
A partir del siglo XIX se comienzan a hacer registros de la arquitectura vernácula con el pensamiento de que pronto desaparecería por ser considerada una arquitectura efímera. Sin embargo, esta arquitectura ha evolucionado y nos ha dado lecciones valiosas para la arquitectura contemporánea.
Fue en los años 60, con el movimiento Arts and Crafts, cuando se empezó a valorar las prácticas constructivas. Ya no se trataba solo de contemplar aquello que se iba a perder, como se hacía antes, sino de adoptar una mirada inspiradora para tomar ideas para nuevos proyectos.
En los años 90, la arquitectura vernácula fue reconocida como patrimonio. Es relevante por todo el conocimiento que lleva embebido y demanda una condición de protección, algo que se logra mediante su reconocimiento patrimonial.
FUENTE: MATERIALES PARA LA EDIFICACIÓN SOSTENIBLE: METODOLOGIAS, HERRAMIENTAS Y DATOS PARA AMÉRICA LATINA
Metodologías de Estudio de la Arquitectura Vernácula
Para estudiar y entender la arquitectura vernácula, se emplean diversas metodologías que integran conocimientos de distintas disciplinas. A continuación te comparto algunas de las principales metodologías y los pensadores asociados a ellas:
1. Sociedad:
Tim Ingold: Ecology of mind, que examina cómo las prácticas culturales influyen en la percepción y organización del espacio.
Ángela Giglia: Habitar + Apropiación, explorando cómo las personas hacen suyo el espacio.
Pierre Bourdieu: Habitus, que estudia cómo las disposiciones sociales afectan las prácticas arquitectónicas.
Simón Yampara: Decolonización y cosmobiótica, que explora cómo las prácticas ancestrales y la cosmovisión indígena influyen en la arquitectura.
2. Tecnología:
Víctor Toledo y Amílcar Herrera: Enfocan su estudio en la integración de tecnologías locales y tradicionales en la arquitectura vernácula.
Paul Oliver y Amos Rapoport: Analizan la relación entre cultura y diseño arquitectónico, destacando cómo las prácticas y creencias culturales influyen en la forma y función de los espacios construidos.
3. Economía:
María Cristina Bayón: La pobreza y el otro, que investiga cómo las condiciones económicas influyen en las prácticas constructivas.
Manfredo Max-Neef e Ivan Illich: Analizan la economía desde una perspectiva humana y sustentable.
Estas metodologías de estudios es lo que ha dado pie a que hoy en día hayan nuevas formas de construir como la arquitectura natural, bioconstrucción, permacultura, dependiendo del enfoque que haya tenido cada pensador.
Componentes clave
La resiliencia en la arquitectura vernácula encapsula la habilidad de las comunidades para evolucionar y adaptarse continuamente, empleando enfoques constructivos que respetan tanto las tradiciones locales como las demandas del entorno. Este concepto no solo aborda la capacidad de las estructuras para resistir variaciones ambientales, sino también la habilidad de integrar prácticas ancestrales en soluciones modernas. A continuación, detallo más a fondo los cuatro componentes clave que forman parte de la arquitectura vernácula:
1. Socio-Cultural: Se enfoca en los elementos que definen la vida comunitaria como los rituales, las actividades y satisfactores diarios, el uso del simbolismo y/o lenguaje, y la dualidad ecosistémica que refleja la interacción entre la comunidad y su entorno natural.
2. Colectividad: Analiza la estructura social y organización política de las comunidades, cómo se estructuran urbanísticamente y su enfoque hacia la sostenibilidad.
3. Técnica: Se centra en la transmisión de habilidades a través de generaciones, destacando la mano de obra experimentada, la herencia constructiva, la memoria técnico-constructiva y el diseño de herramientas especializadas para facilitar la construcción.
4. Material: Examina la selección y uso de materiales, considerando el equilibrio sistémico de los recursos, las técnicas de recolección y procesamiento de materiales, ya sean naturales o estandarizados, para minimizar el impacto ambiental y maximizar la eficiencia.
Sistemas constructivos tradicionales
Los sistemas constructivos vernáculos o tradicionales se refieren a aquellos utilizados en la construcción autóctona de viviendas en una región específica. Estos sistemas suelen emplear materiales de construcción naturales, obtenidos localmente, y se adaptan al contexto climático de la zona.
Solo enumeraré algunos de los sistemas constructivos tradicionales. Aquellos que estén resaltados en negrita tendrán su propio espacio en esta newsletter, por lo que no me extenderé demasiado en este tema.
Algunas tipologías comunes de estos sistemas incluyen*:
*NOTA: Por favor, indícame en los comentarios cualquier material tradicional que creas que debería añadirse a la lista. Puede que se me haya pasado por alto alguno obvio, y con tú ayuda podré completarla.
De acuerdo a Pérez-Torres (2021), los materiales naturales aparte de tener una mayor integración con el medio ambiente, son soluciones tóxicamente menos peligrosas a los organismos vivos, así como también, responden a una menor cantidad de consumo energético en su producción y con ello, de emisiones de GEI a la atmósfera. Además, los edificios construidos con materiales de construcción vernáculos tienen una respuesta lógica y térmicamente natural a los factores climáticos que las rodean, sin necesidad de utilización de … metodologías mecánicas de climatización, por lo que observarán un nulo o bajo impacto ambiental en su etapa constructiva (Vega-Torreblanca, 2020), y durante su operación. Esta es una cita que encontré en un curso que realicé hace mucho tiempo y me gustó.
Así que cómo te puedes imaginar, la tendencia actual se inclina hacia la construcción con estos materiales debido a su filosofía de proximidad. Sin embargo, cada vez se investiga más su contribución a la sostenibilidad y su impacto en la lucha contra el cambio climático.
Recuperación de técnicas tradicionales
La selección y el uso de materiales en la edificación sostenible son aspectos cruciales, ya que influyen considerablemente en el impacto ambiental y social de las construcciones. El sector de la construcción representa, según datos de la Agencia Internacional de la Energía, el 38% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, de este total, el 27% corresponde a las emisiones derivadas de la producción de energía para el funcionamiento de edificios y el 11% restante se atribuye a los procesos de extracción y transformación de materiales, el denominado carbono incorporado, que se emite mayoritariamente antes del inicio de la fase de uso de un edificio.
Para abordar este desafío, diversas instituciones académicas, como el Grupo de Investigación de Economía Circular Inclusiva y Desarrollo Sostenible (ECI) de la Universidad de Cuenca en colaboración con el Proyecto CEELA, están llevando a cabo investigaciones. Su objetivo es analizar, desde una perspectiva ambiental y sociocultural, ciertos materiales de construcción locales, tanto tradicionales como modernos, para determinar el impacto de los procesos de producción en las dimensiones social y ambiental.
La adaptación al clima es un aspecto clave en la búsqueda de la sostenibilidad en la construcción. La arquitectura vernácula, que se caracteriza por su bajo consumo energético y su adaptación al clima local, es un ejemplo destacado. Libros como "101 Reglas para una arquitectura de bajo consumo energético" (Puedes ver mi resumen) hacen hincapié en la importancia de aprender de la arquitectura vernácula y tradicional, ya que los conocimientos locales pueden proporcionar pistas valiosas sobre cómo diseñar edificios que sean eficientes en términos energéticos y confortables para sus habitantes.
El resurgimiento de técnicas tradicionales, la bioconstrucción y la permacultura también están ganando protagonismo. Estas enfoques promueven el uso de materiales naturales, como la tierra, la madera y la arcilla, limitando aquellos que requieren un alto consumo energético o tienen un gran impacto ambiental. Estas prácticas, combinadas con la investigación y aplicación de materiales innovadores, ofrecen un enfoque integral para lograr construcciones de alto rendimiento y eficiencia energética, reduciendo así la huella ambiental.
Es importante destacar que muchos principios bioclimáticos ya estaban presentes en la arquitectura tradicional. Desde la orientación de los ventanales hasta la elección de materiales con propiedades térmicas específicas, la arquitectura vernácula ofrece valiosas lecciones que pueden aplicarse en la construcción contemporánea, contribuyendo así a la reducción del impacto ambiental en el sector de la construcción. El segundo principio para lograr una arquitectura sostenible, es aplicar los conocimientos de la arquitectura bioclimática, pero eso te lo explicaré en otro artículo.
A continuación intentaré ser lo más breve posible sobre los principales aprendizajes que hemos obtenido con la arquitectura vernácula dependiendo el tipo de clima.
Aprendizajes de la arquitectura vernácula por tipo de clima.
Con el aumento del cambio climático, se hace cada vez más complicado definir las zonas climáticas. Sin embargo, en términos generales, podemos clasificarlas como clima frío, templado, cálido húmedo y cálido seco. Es relevante recordar que mi perspectiva se basa en mi ubicación en el hemisferio norte, por lo que los términos norte y sur deben ser intercambiados si estás ubicado en el hemisferio sur. Es importante tener en cuenta que múltiples factores influyen en el diseño de un edificio. El siguiente texto forma parte de mi labor de divulgación sobre cuestiones generales por tipo de clima y no constituye una receta para la construcción de un edificio.
Clima frío
Este clima abarca el polar, ártico, continental y de montaña.
En este tipo de clima, es esencial protegerse del frío y el viento en el diseño de edificios. Por lo general, estos edificios son compactos, herméticos y tienen un fuerte aislamiento, con pocas aberturas para evitar el contacto directo con el frío y retener el calor interior. Aunque se valora la radiación solar, se debe tener en cuenta la pérdida de energía a través de las aberturas.
Las construcciones suelen orientarse hacia el sur y en laderas para resguardarse del viento frío del norte y aprovechar la menor radiación solar. También es común enterrar las edificaciones o asentarlas firmemente en el terreno para aumentar su inercia térmica, protegiéndolas de los vientos y estabilizando las temperaturas interiores para mantener el confort.
La cercanía al mar suaviza las temperaturas, por lo que muchas edificaciones se ubican cerca de las costas. Sin embargo, los lagos y ríos aumentan la humedad relativa del ambiente, lo que puede aumentar la sensación de frío. Además, generan neblinas en la superficie del agua que dificultan la radiación solar, disminuyendo las temperaturas y la sensación térmica.
Típico ejemplo de clima frío. Iglú. Fuente: Master arquitectura y Sostenibilidad UPC
Aquí te comparto un video sobre mi experiencia haciendo un iglú.
Clima templado
Este clima abarca el continental templado marino, continental templado, subtropical.
En el diseño de edificios en este tipo de clima, la estrategia varía dependiendo de lo extremo que sea el invierno o el verano, lo que resulta en diferentes tipos de edificaciones según la latitud. En regiones más templadas, es crucial protegerse del frío y la humedad en invierno, así como del calor en verano, aprovechando la luz solar durante el invierno y protegiéndose del calor durante el verano. Por otro lado, en zonas con climas más suaves, es necesario controlar las ganancias solares durante el día para aprovecharlas por la noche, especialmente si las noches son más frías.
En climas templados, se recomienda ubicar ventanas al sur para aprovechar la radiación solar en invierno, pero con protección interior durante la noche para evitar pérdidas de calor, y protegerlas en verano para evitar un exceso de radiación no deseada en el interior. El uso de materiales interiores con alta inercia térmica permite almacenar el calor captado durante el día a través de la radiación solar, ayudando a mantener una temperatura confortable en el interior durante el invierno.
Para mejorar la ventilación durante el verano y controlarla en invierno, se puede diseñar la geometría del edificio para favorecer la ventilación cruzada. Además, el diseño de fachadas y cubiertas ventiladas con una cámara estanca en invierno contribuye al confort térmico en el interior de los edificios y reduce el consumo de energía.
La orientación del edificio también es crucial para favorecer las estrategias mencionadas anteriormente.
Ejemplo clima subtropical. Interior casa tradicional en Laos. Imagen propia
Clima cálido húmedo
El clima cálido y húmedo incluye el clima tropical y la sabana.
En un clima cálido y húmedo, el diseño de una vivienda debe centrarse en maximizar la ventilación natural y proteger el interior del exceso de calor solar. Un diseño abierto con múltiples aberturas, como ventanas y puertas estratégicamente ubicadas, facilita la circulación de aire, creando corrientes de aire cruzadas que expulsan el calor y la humedad. Incorporar aleros o toldos sobre estas aberturas puede prevenir que la luz solar directa entre, manteniendo los espacios internos más frescos y reduciendo la necesidad de aire acondicionado.
El uso de materiales con alta capacidad de inercia térmica, como el concreto o la piedra, puede ayudar a mantener la vivienda fresca. Estos materiales absorben calor durante el día y lo liberan gradualmente durante la noche, estabilizando la temperatura interior. Además, los colores exteriores claros reflejan la luz solar, evitando la acumulación de calor en las paredes y techos.
Finalmente, la integración de vegetación alrededor de la vivienda no solo enriquece estéticamente el entorno sino que también contribuye a bajar la temperatura ambiente. Árboles y arbustos no solo proporcionan sombra, sino que también mejoran la calidad del aire y aumentan la privacidad, creando un microclima más fresco y agradable alrededor de la casa. Utilizar plantas nativas en el diseño del paisaje asegura una menor necesidad de mantenimiento y riego, adaptándose mejor a las condiciones locales.
Fuente: Master arquitectura y sostenibilidad. UPC.
Clima cálido seco
En este clima incluye el desértico.
Las condiciones climáticas más áridas se encuentran en lugares como África Occidental, los Andes, México y el desierto de Gobi. Estos climas, que se sitúan principalmente cerca de la línea ecuatorial, presentan altas temperaturas durante todo el año, con una media de alrededor de 20 grados debido a la intensa recepción de energía solar.
A diferencia de la arquitectura típica de climas tropicales, en estas zonas las paredes juegan un papel más crucial que el techo. Es común que las estructuras se orienten en el eje este-oeste para minimizar el impacto del calor del sol por la mañana y al atardecer durante el verano, y para maximizar la captación solar en los meses de invierno. También es vital aprovechar las corrientes de viento para la ventilación.
Dado que en estos climas la temperatura varía significativamente entre el día y la noche, se utilizan materiales con alta inercia térmica para estabilizar estas fluctuaciones. Para proteger los edificios de la radiación solar y del viento cálido, el uso de aislantes térmicos en techos y muros es esencial. Adicionalmente, contar con patios que incluyan plantas no solo ayuda a refrescar el ambiente sino que también permite almacenar aire fresco durante la noche. Asimismo, proteger las ventanas con vegetación, persianas o cortinas y pintar las fachadas en tonos claros son estrategias efectivas para mantener el interior fresco.
Interior de casa antigua en Bastakiya. Dubai. Imagen propia.
Conclusión
La arquitectura vernácula no es solo un legado del pasado, sino una fuente de inspiración y conocimiento para enfrentar los desafíos actuales de sostenibilidad y conservación cultural. Su enfoque integral y adaptable ofrece lecciones valiosas sobre cómo construir de manera respetuosa con el medio ambiente y las comunidades locales, asegurando así una habitabilidad que es tanto sostenible como culturalmente significativa.
En esta Newsletter estaré ahondado más en ejemplos de técnicas constructivas tradicionales y mostrando ejemplos de arquitectura vernácula. Porque al final esta perspectiva holística de la arquitectura vernácula nos recuerda la importancia de valorar y preservar las prácticas constructivas tradicionales, adaptándolas a las necesidades modernas sin perder su esencia y contribuyendo al desarrollo de una arquitectura más sostenible y consciente.
Espero te haya gustado este artículo.