Calidad del aire interior

Calidad del aire interior: lo que respiramos dentro de nuestras viviendas

September 07, 20255 min read

Hoy, 7 de septiembre, se celebra el Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, y no pude evitar escribir sobre un tema que me toca profundamente, tanto a nivel personal como profesional. Ya sé que no suelo publicar los domingos, pero hoy lo amerita, ¿no crees?

Soy asmática desde el año 2020. Lo supe durante la pandemia, cuando fui a urgencias pensando que tenía COVID, y salí con un diagnóstico que cambió mi relación con el aire que respiro. Desde entonces, no solo investigo la calidad del aire interior como parte de mis consultorías en arquitectura. Lo hago también por necesidad personal, porque afecta directamente a mi salud.

El impacto del aire que respiramos

En arquitectura solemos hablar mucho de eficiencia energética, pero poco de la calidad del aire que respiramos dentro de los edificios que diseñamos. Sin embargo, el aire no es neutro: puede ser una fuente de bienestar… o de enfermedad.

Lo que respiramos en casa está lleno de partículas invisibles que pueden afectarnos sin darnos cuenta: compuestos orgánicos volátiles (COV), formaldehído, monóxido de carbono, radón, hongos, ácaros, polvo fino (PM2.5) y humedad en exceso. Todo esto puede alterar nuestra salud respiratoria, nuestra capacidad de concentración e incluso nuestro descanso.

Los niños, las personas mayores y quienes vivimos con asma o alergias somos especialmente vulnerables. Según estudios europeos, más de dos millones de personas padecen asma como consecuencia directa de las condiciones de sus viviendas.

Lo que aprendí con "Tu casa sana"

Uno de los libros que más me ha inspirado en este camino es "Tu casa sana" de Elisabet Silvestre. Su lectura confirma que la arquitectura saludable no es una moda, sino una necesidad urgente. Algunas ideas que puedo compartirte de este libro son:

  • Ventilar a diario es una acción sencilla y poderosa. Una ventilación cruzada durante al menos 15 minutos varias veces al día reduce CO2, humedad, moho, microorganismos y COVs. Leíste bien, varias veces al día.

  • No todo aire acondicionado es saludable. Es fundamental que los sistemas renueven el aire, no solo lo recirculen. Los filtros sucios o mal mantenidos pueden convertirse en fuentes de contaminación.

  • Los materiales también respiran. Muchos acabados, muebles o productos de limpieza liberan sustancias tóxicas al ambiente. Por eso es clave elegir materiales sin emisiones nocivas.

  • El polvo es más peligroso de lo que creemos. Puede contener plaguicidas, ftalatos y retardantes de llama. Una limpieza adecuada, con paños húmedos y aspiradoras con filtros HEPA, hace una gran diferencia. En mi caso también comencé a dejar los zapatos en un mueble en la entrada, así también evito ingresar más contaminantes dentro de mi hogar.

Te comparto el resumen de su libro si te interesa:

La arquitectura como aliada de la salud

Desde mi metodología Blueprint para el diseño sostenible y saludable, la calidad del aire interior no es solo un detalle técnico: es uno de los pilares fundamentales dentro de mi proceso de diseño.

Forma parte de los 7 elementos saludables que definen los espacios donde las personas pueden respirar, vivir y habitar mejor. Y a la vez, se conecta de manera directa con varios de los 10 principios de la arquitectura sostenible que enseño en profundidad dentro de mi consultoría grupal. El blueprint es un programa que abro solo unas pocas veces al año, y sobre el que encontrarás más información al final de este artículo.

Pero antes, quiero mostrarte cómo la calidad del aire está integrada en esta metodología paso a paso:

  • Materiales sostenibles y saludables. Elegir productos sin emisiones tóxicas y optar por materiales biocompatibles, es una decisión que transforma el aire que respiramos. Lo invisible también construye.

  • Ventilación natural y bioclimática. Diseñar para que el aire fluya de forma natural, sin depender de sistemas mecánicos, no solo mejora la calidad ambiental interior: también reduce el consumo energético y conecta el edificio con su entorno.

  • Confort y biofilia. La vegetación no es solo estética. Las plantas ayudan a regular la humedad, purifican el aire y reducen el estrés. Incorporarlas con criterio mejora el bienestar y la salud de quienes habitan los espacios.

  • Descarbonización y eficiencia energética. No basta con reducir emisiones. También necesitamos asegurar una buena calidad del aire interior, usando materiales sin compuestos volátiles y garantizando una adecuada renovación de aire.

Una invitación a observar (y respirar)

Como arquitectos y profesionales del espacio, tenemos la responsabilidad de diseñar ambientes que promuevan la salud, no que la comprometan. Pero para lograrlo, primero necesitamos observar nuestro propio entorno.

En mi caso, he empezado por algo sencillo: comprar un purificador de aire que, cariñosamente, en casa llamamos el asmatrón, porque cuando se activa suena como un helicóptero a punto de despegar. A veces todavía discuto con mi pareja por su amado “Rexona no me abandona” en aerosol, que desata la furia del asmatrón en segundos.

Todavía hay muchas cosas por mejorar en mi propio hogar, pero poco a poco he ido cambiando productos de limpieza, prestando atención al polvo en suspensión y vigilando qué materiales y muebles entran en casa.

Y para terminar, te comparto algunas preguntas para la reflexión:

  • ¿Ventilas tu casa a diario?

  • ¿Has revisado los niveles de CO₂ o de humedad relativa en tu espacio?

  • ¿Conoces los materiales que te rodean y cómo afectan el aire que respiras?

Si como profesionales comenzamos por cuestionar nuestro propio espacio, seremos más empáticos cuando diseñamos para los demás.

Respirar aire limpio no debería ser un lujo, sino una condición básica de diseño.

Y como descubrí en carne propia, entender esto transforma nuestra manera de habitar, diseñar y cuidar de los demás.

Si este tema te resuena, te invito a compartir este artículo con colegas o personas que podrían beneficiarse de esta información. Y si tienes una experiencia personal relacionada con la calidad del aire, estaré encantada de leerte en los comentarios. Tu voz también puede inspirar a otros.

Un abrazo,

Adaliz Sayago

Curso arquitectura sostenible

Adaliz Sayago

Soy arquitecta y gestora ambiental, lo que me llevó de forma natural a especializarme en sostenibilidad en la construcción, aprovechando la estrecha relación entre ambas disciplinas. Estoy segura de que aprenderás mucho conmigo.

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